Tras un maravilloso verano, estamos de vuelta a las andadas.
Para comenzar por algún lado, como esto se ha quedado en standby en verano, os comunico que aprobé todas las asignaturas, por lo que ¡paso limpia a segundo!
Por otro lado, hay gente que me ha preguntado si iba a continuar con el blog, compartiendo lo que hago y cómo me va. No prometo escribir con mucha frecuencia, puesto que el tiempo me es escaso, y os contaré por qué.
El blog se creó debido a una asignatura de primero de enfermería, llamada Estadística y TIC (Tecnología de la Información y Comunicación), y el enfoque que había que darle era ese. De ahí que la gran mayoría de entradas se basaran en temario de estadística.
Si sigo escribiendo, que lo haría con mucho gusto, realmente me gustaría darle un enfoque más personal. Hablar ya no sólo de la enfermería, sino que hablaría del conservatorio, quizás del trabajo (si es que los horarios me lo permiten), etc. Y hablaría de cómo puedo compaginarlos (mis horarios este año son horribles).
Sé que hay mucha gente que estudia y trabaja, o gente que estudia una carrera y lo tiene que compaginar con alguna otra actividad, y en mi caso es el conservatorio.
Claro que hablaré de lo que damos en clase, pero no de una asignatura en concreta, si no de cosas que me llamen la atención. Por ejemplo, este año comienzo las prácticas, y es algo que me da muchas fuerzas y de lo que tengo muchas ganas. Pero además, utilizaría este espacio para reflexionar, opinar, no sé, si alguien quisiera que hablara sobre algo en concreto, podría pedírmelo.
Este primer cuatrimestre tengo 5 asingaturas: Clínica I, Salud Reproductiva, Infancia y Adolescencia, Familiar y Comunitaria, y HTM II (Historia, Teorías, y Métodos de la Enfermería).
Como sólo hemos empezado el temario, y la mayoría de cosas han sido presentaciones, no hay mucho que contar respecto a enfermería, salvo decir que este curso tiene mejor pinta que el primero.
Me despido con un diálogo de una novela que me leí hace poco; buena reflexión.
- Tu problema es que no dejas que las cosas fluyan, Anna -me mira fijamente- no sé a qué le tienes miedo. En cuanto ves algo que no puedes controlar, ¡chas! -chasquea los dedos- pasas, te alejas, sales corriendo. Quieres tenerlo siempre todo calculado, medido con escuadra y cartabón...
- Soy arquitecta, Rachel -la interrumpo.
- Pero es que la vida no se puede medir en centímetros ni en milímetros, Anna, no hay reglas ni metros ni nada para eso. La vida no viene con un plano para que puedas ordenarla y diseñar La vida de tus sueños. Tienes que dejar las cosas venir y no pienses en el mañana, porque quizá ese maána nunca llegue. No esperes a tener la casa de tus sueños, el trabajo de tus sueños o el hombre de tus sueños para empezar a hacer las cosas. No esperes si quiera a que llegue el momento perfecto para hacerlas, Anna, porque ese momento nunca llega. Siempre hay un pero, siempre hay algo que podrías mejorar. Siempre. Y si te quedas esperando a que pase algo, al final, lo único que pasa es la vida. Y no la vida que tú quieres precisamente.
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